
Todo cierre de ciclo es bueno para la introspección. Es por eso que te invitamos a repasar las aventuras que has vivido este año y nos cuentes aquella que fue más significativa para ti. Esta propuesta la hacemos porque nos parece muy importante lo que las narraciones nos proveen más allá del entretenimiento. Demos un paso atrás y veamos por qué nos gustan tanto las historias, ya sean para leer, para escuchar o para ver. La respuesta es sencilla, porque en todas ellas nos vemos reflejados. Nos conectamos con las experiencias que narran las personas que suben montañas, navegan en velero o vuelan por los aires, porque proyectan a los héroes modernos que a su vez encarnan a todos los héroes que han existido en nuestra historia como civilización, héroes que también están dentro de cada uno de nosotros.
Los Relatos, una forma de expresión
A través de los relatos, podemos revivir emociones que otros han experimentado. A través de las historias también hemos construido nuestra cultura, transmitiendo valores que han sido el marco de referencia de la sociedad. El mundo moderno que nos ofrece opciones para emocionarnos, las historias narrativas siguen siendo reyes de nuestro entretenimiento.
En lo personal recuerdo muchos momentos en que subía hasta la cima de alguna montaña y mientras regresaba repasaba mentalmente la historia vivida, al llegar a casa contaba reiteradamente esas recientes experiencias. Para mi fortuna notaba que las personas no se aburrían y mantenían el interés, ellos estaban viajando conmigo a través de mi relato.
El arte de contar historias no es sencillo pero de alguna forma todos tenemos la posibilidad de aprender, de contribuir con a la difusión de los valores con los que comulgamos, sino al menos divertirnos y entretener a nuestras personas cercanas.
El éxito en tu historia:
- La fuerza de la narración esta en ti mismo que eres el protagonista.
- Transmite suficiente información para conocerte. Mientras más conozcamos podrás generar más empatía.
- Los lugares donde viviste la experiencia son el marco de las acciones, trata de contarnos todo lo que sea acción.
- El reto que quieres alcanzar es el motivo por el cuál haces el viaje, este objetivo debe ser claro.
- Cuéntanos todas las dificultades que tuviste que sobrepasar para alcanzar reto.
- Ponle emoción a los momentos cruciales de la experiencia.
- Comparte tu aprendizaje, algo así como la moraleja de la historia, eso nos encanta desde que somos niños.
Anímate y cuéntanos tu historia de este año
No salía de mi asombro cuando por primera vez escuche la historia de cómo en la época prehispánica los indígenas venezolanos habían llegado desde tierra firme a las islas del archipiélago de Los Roques navegando sus curiaras, un temerario viaje de unos 140 km a mar abierto, me intrigaba ¿porque lo harían? y sobre todo ¿como, lo harían?; Un par de años más tarde cae en mis manos el fabuloso libro de María Magdalena y Andrzej Antczak “Los Ídolos de las Islas Prometidas”, un estudio arqueológico de nuestros amerindios de la cuenca del lago de Valencia llamados Valencioides, basado en las cientos de figurinas antropomorfas que ellos rescataron en sus 60 campañas de excavación en Los Roques. No sabía en ese momento que tendría el privilegio de compartir con Ma. Magdalena y Andrzej la emocionante aventura intelectual de recrear estos viajes en un proyecto fascinante de Arqueología Experimental.
Y es que la historia que me contaban era fascinante, para entenderla hay que transportarse imaginariamente 800 años hacia el pasado, a las orillas de arena blanca de Dos Mosquises, la Isla Sagrada de los Valencioides en Los Roques, ver en ella decenas de Curiaras preparándose para zarpar de regreso a Tierra Firme con su carga de unas 5 toneladas de Botuto, promedio que se estima recolectaban anualmente durante los 300 años que duraron estas campañas; Como testigos dejan atrás montañas de concheros, sin saber que 800 años después podríamos considerarlos los monumentos históricos más antiguos del pasado Venezolano.
Sorprenden las decenas de figurinas femeninas y es que en esta sociedad especializada las mujeres no viajaban a Los Roques, pero siendo que ellas engendran la vida y eran quienes estaban mejor preparadas para lidiar con los espíritus, las figurinas las sustituyen en Los Roques y a través de ellas el chamán oficia un ritual para pedir la protección de los espíritus de los animales cuyas vidas han tomado y garantizar un viaje de regreso seguro. Parte del botuto y las conchas se negociarán con otros pueblos a través de la sofisticada red comercial de los Valencioides que llega hasta Los Andes y que los ha convertido en una sociedad sofisticada y exitosa.
Los Valencioides me despiertan un enorme orgullo por nuestro pasado y percibo que la historia ha sido muy injusta con la que probablemente es una de las etapas más importantes y subestimadas de nuestra cultura; Siento la obligación de dar a conocer esta historia y que mejor manera de humanizarla que tendiendo un puente hacia el pasado recreando sus navegaciones en una Curiara tradicional de madera. La fecha es mediados de 2014 y por los siguientes dos años de mi vida este proyecto más allá de apasionarme, me ha poseído totalmente.
Entrevisto a un selecto grupo de 54 atletas de varias disciplinas para comenzar entrenamientos, los expertos nos dan pocas posibilidades de llegar, supongo que aventurarse 140 km mar adentro en un tronco de árbol por al menos 30 horas no suena muy sensato y el futuro equipo se decanta solo, a la hora de comenzar entrenamientos quedan solo 12, los que tienen que ser, nos une una enorme pasión por la aventura y las actividades al aire libre pero sobre todo, un enorme respeto y orgullo por el pasado que queremos rescatar.
En la fecha de comienzo de entrenamientos todavía no tenemos Curiara de Expedición, pero si 4 pequeñas. A partir de Marzo 2015, para sorpresa de todo quien las ve, Curiaras surcan las aguas del Dique de Guataparo todos los fines de semana, aprendemos a hundirlas y rescatarlas, usar los canaletes adecuadamente, reparar las múltiples entradas de agua que se filtran por grietas y así comienza un aprendizaje acelerado de todos los aspectos que tienen que ver con navegar Curiaras.
Para finales de 2015 hemos contratado la hechura de 4 Curiaras pero ninguna se concreta, hemos visitado múltiples empresas e instituciones y no conseguimos patrocinio al proyecto, entre otros gastos debemos fabricar un remolque con que movilizar nuestra Curiara. Debo tomar la difícil decisión de poner el Proyecto en espera. Producimos el corto Documental “En Busca de la Curiara Perfecta”: https://vimeo.com/166230855.
El vigor del año nuevo me impregna y en Enero 2016 estoy en el Delta contratando a los Warao la fabricación de una nueva Curiara de Expedición. La estrategia ahora es que tenemos contactos en 4 puntos buscándonos Curiaras. Reorganizo al grupo y el proyecto, en Junio 2016 empezaremos entrenamientos en el Mar durante 4 meses hasta el cruce a Los Roques en Octubre, pero la Curiara del Delta no la terminan nunca.
El 12 de Junio 2016, tal cual estaba previsto, comenzamos entrenamientos navegando por las costas de Pto. Cabello, Edo. Carabobo, hemos acondicionado dos de nuestras Curiaras pequeñas alzándolas por los costados con tablas de madera, y el proyecto se mantiene vivo. Un poco antes he recibido una llamada del Caura donde negocio una Curiara de 11,35 metros que bautizaríamos La Ye’kwana por su lugar de origen y que cambiaría nuestras vidas para siempre, no la podemos sacar todavía porque el nivel de agua está muy bajo; El 24 de Junio regresamos y la navegamos 50 km Caura abajo hasta una vega del río donde podemos meter nuestro remolque nuevo para traerla a casa. El 26 de Junio una tripulación todavía un poco escéptica mira desde el muelle en Puerto Cabello un tronco de madera modificado en el que les digo que nos iremos a Los Roques, fue amor a primera vista y La Ye’kwana se convierte en nuestra razón de ser y nuestra musa por los próximos 4 meses.
Así comienza un acelerado y sistemático esquema de entrenamientos todos los fines de semana donde vamos subiendo de distancias cada fin, 20, 30, 40, 50 km, nos alejamos cada vez más de la Costa, los entreno sin clemencia para tolerar el calor, cuando la gente se prepara para dormir nosotros estamos mar adentro haciendo entrenamientos nocturnos de 08:00 PM a 04:00 AM, el equipo se engrana, se endurece, las olas que le golpean con frecuencia el pecho en mitad de la noche ya no los intimidan, practicamos infinidad de maniobras de hombre al agua y la hundimos adrede, presiono con la idea de que lo exigente del entrenamiento haga eventualmente parecer a la travesía un paseo, algunos no vienen más, para cuando estamos listos ya no somos un “Dream Team”, nos auto denominamos “La Tribu” y estamos listos para dar el todo por cada uno y por el rescate de nuestra historia; Cada peldaño de progreso en los entrenamientos es una victoria temprana hacia nuestro objetivo común, el nivel de satisfacción va creciendo, todos tienen un espíritu férreo y una fe ciega en que vamos a llegar.
Pero antes de llegar a Los Roques debemos completar la Travesía de la Costa desde Pto. Cabello hasta La Guaira, así un Viernes 16 de Septiembre de 2016 comienza por fin un sueño hecho realidad, con una tripulación de 17 aventureros hechos de la fibra humana más dura del país, zarpa La Ye’kwana en una travesía por las fabulosas costas de Carabobo, Aragua y Vargas. Isla Larga, La Ciénaga, Cata, Cuyagua, Choroni, Tuja, Pto. Cruz, Chichiriviche, todo va quedando atrás entre manadas de delfines, ribazones de atún y hasta un cachalote que nos privilegia con su compañía. La Tribu, incluyendo a La Ye’kwana, trabaja articuladamente a la perfección y se come km a una velocidad nunca vista, la compartida de los siguientes 4 días nos une aún más, a bordo y en tierra firme, todo el mundo tiene responsabilidades y hacen que la expedición marche; Somos 17 personas con edades desde los 20 años hasta 4 cuasi sexagenarios, de disciplinas deportivas diferentes e individualistas, la mayoría sin experiencia marinera, donde a diferencia de los Valencioides 5 mujeres si forman parte de la tripulación, un eficiente grupo variopinto, una tribu, nuestra propia familia Valencioide, que va remontando la costa en una Curiara prehispánica ante la mirada atónita de todo aquel que nos ve y la fascinación de quienes se enteran de la historia. Tras 4 días, 138,38 km y 23:25 hrs de navegación promediando 6,2 km/hr, entramos a la Marina Caraballeda en Macuto.
Ahora solo queda navegar sin parar los 140 km entre Tierra Firme y Los Roques. Se con toda certeza que la tribu esta lista. Todos los arreglos a La Ye’kwana están hechos. Todos los factores bajo nuestro control están en sitio, pero hay uno que escapa de nuestro control, el Clima. Pero no es totalmente cierto, saldremos cuando tengamos una ventana de pronóstico de buen tiempo, así controlando la fecha de salida podemos tener un grado de control sobre el clima. Y siendo como lo soy un creyente del saber popular, el viejo refrán que reza “Después de la Tormenta viene la Calma” cobra una vigencia importante, sobre todo apoyado en una docena de páginas de internet de clima que monitoreo constantemente. Y llega la tormenta, o mejor dicho “Mathew” el huracán.
El Domingo 02 de octubre, cuando “Matthew” esta al norte de la Goajira y por fin define su trayectoria hacia el norte, veo en la costa central un pronóstico interesante, Capitanía de Puerto tiene todavía prohibido los zarpes. He estimado siempre que nuestras posibilidades de llegar a Los Roques de 1 en 5, dependiendo enteramente de salir el día adecuado, también se de mis años de experiencia como marino, piloto y mi monitoreo constante del clima en la ruta estos dos años, que es prácticamente imposible tener el clima adecuado en toda la ruta y por las 40 horas que necesito.
Así que invadido por dudas las horas previas, pero sabiendo que “Quien nada arriesga, Nada gana”, y con una una convicción fortísima de que podemos lograrlo, hago un llamado a mi tripulación para las 04:00 AM del Lunes 03 de octubre, el pronóstico de salida es bueno desde la madrugada hasta esa medianoche, pero la segunda madrugada a bordo llegando a Los Roques nos enfrentará a vientos y mares más fuertes de los que hemos navegado nunca, una llamada a Los Roques antes de salir esa madrugada confirma el pronóstico de vientos de 45 km/hr para el estimado de llegada.
Despuntando el alba el Lunes 03 de Octubre de 2016 desde la Marina de Caraballeda, por primera vez en unos 500 años, sale navegando de nuevo una Curiara autóctona prehispánica con su tripulación de 17 valientes empuñando únicamente sus canaletes, miembros de una tribu que se han dejado contagiar gustosamente por el amor al rescate de su pasado y con una visión común, llegar a Los Roques y contar esta historia.
El día amanece más bello que nunca, mi tripulación no tiene la más mínima duda a pesar que una hora antes les estaba dando instrucciones específicas a seguir en caso de un posible naufragio de la La Ye’kwana en la madrugada; Una brisa suave nos refresca lo suficiente, manadas de delfines nos acompañan constantemente como enviando sus buenos augurios, navegan a nuestro lado y nos miran de reojo, la cresta de la Cordillera de la Costa cada vez está más baja en el horizonte y al caer la tarde con 70 km navegados todavía la tenemos a la vista, suponemos que fue un punto de referencia a la navegación para nuestros Valencioides, pero ¿como harían para navegar en la noche nuestros hermanos?, sé que la estrella Polar esta justo sobre Los Roques, pero es muy difícil verla, sin embargo Casiopea con su forma de “W” característica, en su tránsito estelar nos señala el rumbo a seguir durante toda la noche.
Para la medianoche tenemos 18 horas remando sin parar y aunque nadie lo menciona, todos esperamos el golpe del viento pronosticado y la mar que este traerá, mientras tanto La Ye’kwana no para nunca, hemos diseñado un sistema de descanso donde por cada 3 horas remando nos corresponden 20 minutos de descanso y así sucesivamente.
Nuestra figurina pintada en la proa y otras guindadas en nuestros cuellos nos infunden confianza, sentimos que navegamos protegidos por espíritus ancestrales y en estas horas de la segunda madrugada a bordo de una noche oscura de luna nueva, físicamente agotados tras casi 24 horas remando sin parar, el agotamiento mental que nos lleva al borde de la razón hace que varios de estos Valencioides modernos a bordo de La Ye’kwana coincidan en sentir la presencia de otras Curiaras escoltándonos, y es que toda esta aventura ha trascendido la lógica y el sentido de conexión con el pasado es real, cada palada parece acercarnos más a él, nos da aliento para seguir remando y puedo ver que el equipo está determinado a llegar a Dos Mosquises a toda costa.
Y va amaneciendo por segunda vez, hemos sobrevivido la noche, el Sol sube tímidamente por el horizonte, el viento también, el oleaje poco a poco incrementa, pero nuestra velocidad también, la tribu parece renovada, aparecer de nuevo el ritmo y la coordinación en las paladas, vamos volando muy a favor de viento y marea. A eso de las 07:00 AM a unos 12 km fuera veo por primera vez la línea de la costa muy baja del extremo Oeste de Cayo Sal, trato de anunciarlo pero a las palabras les cuesta salir de mi boca, dos años de trabajo intenso en este proyecto parecen estar por fin concretándose en esta llegada a Los Roques y la emoción me embarga profundamente, las posibilidades de llegar eran tan bajas que en esta mezcla de alegría, con sueño y mucho cansancio, me parece que quizás puedo estar soñando despierto, pero no, el perfil de la costa es cada vez más claro y en la distancia empiezo a ver el color de las aguas cambiando suavemente a esos tonos turquesas que me son tan familiares. Pero regreso rápido a la realidad, faltan unas 4 horas para tocar tierra, si todo va bien. Con el avance de las horas también ha ido avanzando alarmantemente el ritmo al que estamos haciendo agua a bordo, las grietas y arreglos como siempre, van fallando con el paso de las horas.
Finalmente la barrera sur de los Roques va quedando a estribor y entramos oficialmente en uno de los lugares más bellos del planeta, surcamos las olas con velocidad, todo ha conspirado a nuestro favor, la intermediación de nuestros ancestros parece evidente y está presente en el interior de cada uno de nosotros, la orilla de Dos Mosquises se acerca rápidamente pero paleamos cada vez con más fuerza hasta que anclamos sólidamente la proa de La Ye’kwana en la arena como para asegurarnos que definitivamente hemos llegado; Como quien se despierta súbitamente de un sueño sin estar seguro si el momento es real hay un microsegundo de calma mientras comprendemos que 2 años de proyecto se han convertido en una realidad, ¡estamos en Los Roques!, estallan los gritos, las lágrimas se mezclan con abrazos y los primeros pasos sobre La Isla Prometida de nuestros predecesores saben a gloria.
Contra todos los pronósticos, por primera vez desde tiempos prehispánicos hace cientos de años y rindiendo homenaje a su orgulloso pasado, una Curiara tradicional de madera descansa de nuevo en las blancas arenas de Dos Mosquises, la Isla Sagrada y ceremonial de los Valencioides en Los Roques.
Y ahora, ¿para dónde vamos?…
Muchas gracias a todos quien confiaron ciegamente en nuestro proyecto, muy especialmente a mi tripulación de la Ye’kwana: David Bottome, Francisco “Pancho” Rodríguez, Ricardo Sanguino, Rodrigo Ruiz, Ana Carolina “Carola” Pérez, Onoria Barreto, Enrique Tilli, Pavel Alcocer , José Domingo “Ruterito” López, Antonio Lirio, Francisco “Nano” Rodríguez, Luis Alejandro Chávez, Roberto Paolini, Federico “Fuco” Pisani, Edimar Luque, Marianela Sambade, María Gabriela “Maga” Morales. David Bottome, Diciembre 2016.